Paco de Lucía. Francisco Sánchez Gómez. Algeciras (Cádiz), 1947. Guitarrista
Su padre fue un tocaor modesto que nunca llegó más allá de las reuniones de aficionados, pero que se fijó el firme propósito de hacer de sus hijos grandes artistas flamencos para que nunca llegaran a pasar las dificultades económicas que él hubo de sufrir. Lo logró, haciéndoles estudiar duro desde muy niños. Ramón de Algeciras es un guitarrista de prestigio; Pepe de Lucía ha hecho carrera como cantaor; María Luisa y Antonio no se han dedicado al arte porque las circunstancias no lo han querido así, pero ella canta y él iba camino de ser un buen tocaor; y Paco es el genio. Según él no hubiera podido ser otra cosa en la vida: "Uno es lo que es en su niñez, y yo en mi niñez a todas horas estaba rodeado de flamencos". Era un crío de trece años cuando comenzó a trabajar en la compañía de baile de José Greco. En lo que todos comienzan: el acompañamiento al cante y al baile. Y eso lo hacía de forma impecable, pese a su extremada bisoñez. A poco fue cuando conoció a Camarón, y según ha dicho Paco alguna vez se enamoró de él para siempre. Recuerda aquella etapa como la más bonita de su vida. Con frecuencia juntos en gira el cantaor y él, "estábamos tocando y cantando a todas horas, noches enteras inventando cosas". Y grabando discos que ahora son más escuchados que nunca. Paco de Lucía siempre admiró al de la Isla más, quizás, que a nadie, porque representaba el ideal que hubiera querido ser él. "Yo nunca quería ser concertista, porque lo que me ha gustado desde que era niño era cantar. Pero era muy tímido, muy gordo, con mucho sentido del ridículo, y me escondí detrás de la guitarra. Soy un cantaor frustrado". A finales de los sesenta, comienzos de los setenta, el arte de Paco de Lucía había sido reconocido en el mundo. Tenía ya perfectamente definido su estilo, después de una primera etapa en que Niño Ricardo había sido su modelo fundamental y una segunda en que descubrió a Sabicas, Mario Escudero y otros, para ir después fijando su propia forma personal de tocar. En 1975 dio un concierto que hizo historia en el Teatro Real de Madrid, a partir del cual su consagración fue definitiva.
Su permanente inquietud innovadora ha recibido reproches de los vigilantes de la ortodoxia a ultranza. Ciertamente hubo un tiempo en que sus constantes aportaciones le convirtieron en el mayor revolucionario de la música flamenca. Él ha confesado que llegó a sentir miedo cuando se dio cuenta de que cambiaba con relativa frecuencia en su forma de tocar, hasta que un día comprendió que "haga lo que haga, mi sonido permanecerá siempre flamenco porque soy quien soy". Desde entonces toca con más espontaneidad, permitiéndose libertades que poco antes ni hubiera soñado. Particularmente llamativas fueron sus tentativas de aproximación a otras músicas, que no sólo enriquecieron su arte sino que tuvieron decisiva influencia en el flamenco posterior. Tiene asumido, sin embargo, que nunca puede perder su identidad flamenca, y que precisamente en ella está su fuerza. No sabe música y todo lo ha aprendido a golpe de intuición. Reconoce carecer de técnica musical, pero en cambio tiene recursos que él mismo se ha inventado. "Lo que da fuerza y motiva mi manera de tocar es precisamente el hecho de ser flamenco, si no fuera flamenco no sería yo". Ha intervenido en varias películas, entre ellas, 'Carmen' y 'Flamenco' de Carlos Saura.
La discografía de Paco de Lucía está integrada por casi una treintena de discos que reflejan las distintas etapas de su carrera: junto a Camarón de la Isla, rodeado del famoso sexteto (con Carles Benavent, Jorge Pardo, Rubem Dantas...), colaborando con músicos de otros géneros como John McLauhlin... La última etapa comienza en 2004 con la edición del disco 'Cositas buenas', acompañada de una gira internacional con nuevo grupo en directo formado por valores emergentes como Niño Josele o La Tana. La salida el álbum coincide con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2004.
Entre dos aguas
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