viernes, 1 de agosto de 2008

Illescas

Un largo viaje en tren desde el viejo Reino de León,
añorado reino, eran buenos tiempos, eramos grandes.
Pasan las horas, cambia el paisaje, llega Castilla
estación de distino Illescas, extraña sensación.
Paseo, conozco sus calles, comparto, discrepo, vivo.

De una esquina me llegan aires irlandeses, entro,
buena música, el personal deja sus letras en servilletas,
no es el parnasillo, ni el montparnasse, pero me envuelve.
Salgo, sigo caminando, afilan guitarras de de rock & roll,
me siento en la barra, enfrente, el libro de la vida.

A sus alrededores la gran ciudad, me satura, coches,
sociedad indivualizada, cada uno en su burbuja, soledad.
Me voy al parque grande, enciendo un cigarro aliñado,
abro un libro, “Un mundo feliz”, demasisadas coincidencias.

Las agujas siguen su ritmo natural, entablo conversaciones,
encajo, primero conocidos, luego amigos, ahora familia.
Salgo a correr, hacemos grupo, me describen el entorno.
Descendiendo la calle Real,sede de una peña, me acojen.
Sala de cultura, proyectan 13 rosas, opiniones, dialgo, debate.

Miro atrás en el tiempo y veo que han transcurrido dos años,
con sus cosas buenas, las menos malas y las malas, me gusta.
Es facil ser feliz en un lugar diferente al tuyo, tan diferente.
No me sentí inmigrante, ni apartado, ni mucho menos extraño,
alejado de falsos patriotas, que es la patria mas que tu entorno,
que es la patria más que tus amigos, sin tener en cuenta estupidas
fronteras, sin tener encuenta colores, religiones, culturas ni razas.
Puedo decir que Illescas forma parte de mi y yo parte de ellla.

Abel Aparicio González - 2008

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