MANOS
Los copos de nieve se convirtieron en frías lágrimas
resbalando sobre sus huesos,
como si el miedo de su última noche
volviera a salir para decir:
miradnos,
así dejamos de ver más auroras,
así nos prohibieron acariciar
las mejillas de nuestros hijos,
así sus ojos de odio
nos arrancaron de cuajo la dignidad.
El hielo cubrió esos mismos huesos,
como si la capa del olvido
impuesta hasta hoy
se negara a mostrar el silencio,
el mismo que arranco hojas de calendarios
y educó a punta de mentiras
a todos los pupitres de la dictadura.
La noche se mimetizó
con el color de las sotanas,
de los tricornios, de las togas,
de las medallas de los militares
mientras los inocentes obedecían
con el estomago tan vacio
como la dignidad de sus vidas.
Pero vuestras manos
limpiaron la injusticia
que cubría los recuerdos
y la gente comenzó a hablar,
en voz baja,
como hablaron durante tantos años
que ya casi sólo lo hacen así,
pero hablaron,
y los maestros y los ferroviarios
sintieron que la venda se llenaba de luz,
y entonces sí,
en voz alta gritaron al mundo:
Esto nos hicieron,
juzguen la masacré,
“no lo borren de la historia”.
Abel Aparicio González - 2010
3 comentarios:
Abel, muy buena poesía. La nieve del olvidado octubre regresó a la misma hora, pero esta vez ellos sintieron calor y desnudos se mostraron
Sois unos cabrones pero con vuestra compañía no hay temperaturas bajo cero. Muchas gracias.
http://www.facebook.com/photo.php?fbid=173938562639264&set=a.105578882808566.7993.105578322808622
ahi va brother
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