Los ángeles y las conciencias ya no creen en los jardines.
En los jardines no hay príncipes, ni batracios, ni cuentos, ni encantos, sólo gazapos, créditos, créditos blandos.
En los jardines, no hay vigilantes de seguridad, ni naves de polígonos industriales, ni especies cinegéticas amenazadas, sólo hay habitaciones oficiales, másteres, libertades públicas, principios básicos.
En los jardines no hay árboles frutales, ni hombres del tiempo, sólo sobremesas y reproducciones asistidas, sólo mandiles blancos y cámaras altas, cámaras bajas, cámaras ocultas.
Las conciencias han huido de nosotros, como las empresas, ya nadie cree en las oportunidades.
Los ángeles temen más que nunca los índices de audiencia.
Hoy puedes conseguir una conciencia, con vistas a ningún principio, en las afueras y si tienes ángel, es decir, módem, hasta una cochera.
Hoy nadie cree en las oportunidades.
Hoy, en los jardines sólo hay plantas, plantas bajas, plantas anchas y hasta armadas.
Hoy, en los jardines sólo hay tránsfugas, cuartas verdades y altas y bajas.
Hoy, en los jardines, sólo hay Caja España, Vodafone, MoviStar y Corte Inglés.
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