Nueva entrada en el fanzine Creatura de Illescas, esa "segunda patria" toledana:
Ahí es donde estoy yo la mitad del tiempo, o eso siempre decían mis profesores y mis padres. Como allí estaba tan agusto, pues dije, vamos allá y, me plante en Babia, una preciosa comarca leonesa junto a 9 amigos y amigas.
Lo de estar en Babia tiene su origen en el Reino de León, ya que es el lugar donde pasaban las vacaciones los reyes y, cuando estaban allí, no se enteraban de lo que pasaba en la corte.
Babia es una comarca leonesa, con unos paisajes impresionantes, famosa por la trashumancia, ya que es donde pasaban los rebaños el verano, antes de partir a Extremadura cuando llegaba el Otoño. Estos viajes se están perdiendo, aunque esperemos que no lleguen a desaparecer.
En esta ocasión escogimos el pico Montigüeiro (2.197 metros), no Montihuero como se empeñan en decir, eso me confirmo una mujer de La Riera de Babia, pueblo del que parte la ruta. Esto es un ejemplo más de la fuerte castellanización que está sufriendo la zona, alguna palabra más en leones me dijo la mujer, como fierro, furaco, ugüecha, etc. Espero que las instituciones respeten la forma tradicional en la toponimia, no creo que sea algo muy difícil.
La ruta empieza muy suave, con una aproximación hacia el pico muy digna de conocer, a través de diversas majadas para las ovejas, aunque ahora estos pastos estén ocupados por vacas y caballos.
Una vez finalizada la aproximación y ya metidos en faena, nos encontramos con una fuerte subida por una ladera que nos avisó de lo que venía después. Una vez superada esa subida, ya empezamos a subir por roca, no se me asusten con esto, en ningún momento hay que escalar, como mucho agarrarse con las manos a las rocas, pero nada serio. Pasado este escollo, breve descanso para superar lo que fue lo más difícil, pasar por unas piedras algo verticales, pero como dije, nada importante. Superado esto, sólo quedaba subir y subir, hasta que por fin, se puede divisar el pico, el eje geodésico y la cruz que lo acompaña, breva bajada para subir otra vez y Voila… Montigüeiro.
Desde aquí se pueden observar unos paisajes realmente alucinantes, con la señora de las montañas, Doña Ubiña al fondo, Laciana a un lado, Omaña y Luna al otro, toda la comarca de Babia, algo espectacular. Fotos de rigor y descendimos un poco para comer un bocadillo, que con el esfuerzo que habíamos hecho y las vistas que teníamos, nos supo muy rico.
El descenso lo hicimos por otro camino, ya que la ruta es circular. Pasamos al lado de vacas y caballos que estaban cerca de los arroyos, ¡No saben nada!
Al llegar al pueblo, nos refrescamos en la fuente, que si no recuerdo mal se construyó en el año 1940 y directos al pueblo de Cabrillanes a tomar una rica cerveza.
Una comarca que recomiendo a todo el mundo, que aunque no se suba a ninguno de sus picos, merece y mucho la pena.
Buena ruta, buena compañía. ¡Nos vemos en la siguiente!
Ahí es donde estoy yo la mitad del tiempo, o eso siempre decían mis profesores y mis padres. Como allí estaba tan agusto, pues dije, vamos allá y, me plante en Babia, una preciosa comarca leonesa junto a 9 amigos y amigas.
Lo de estar en Babia tiene su origen en el Reino de León, ya que es el lugar donde pasaban las vacaciones los reyes y, cuando estaban allí, no se enteraban de lo que pasaba en la corte.
Babia es una comarca leonesa, con unos paisajes impresionantes, famosa por la trashumancia, ya que es donde pasaban los rebaños el verano, antes de partir a Extremadura cuando llegaba el Otoño. Estos viajes se están perdiendo, aunque esperemos que no lleguen a desaparecer.
En esta ocasión escogimos el pico Montigüeiro (2.197 metros), no Montihuero como se empeñan en decir, eso me confirmo una mujer de La Riera de Babia, pueblo del que parte la ruta. Esto es un ejemplo más de la fuerte castellanización que está sufriendo la zona, alguna palabra más en leones me dijo la mujer, como fierro, furaco, ugüecha, etc. Espero que las instituciones respeten la forma tradicional en la toponimia, no creo que sea algo muy difícil.
La ruta empieza muy suave, con una aproximación hacia el pico muy digna de conocer, a través de diversas majadas para las ovejas, aunque ahora estos pastos estén ocupados por vacas y caballos.
Una vez finalizada la aproximación y ya metidos en faena, nos encontramos con una fuerte subida por una ladera que nos avisó de lo que venía después. Una vez superada esa subida, ya empezamos a subir por roca, no se me asusten con esto, en ningún momento hay que escalar, como mucho agarrarse con las manos a las rocas, pero nada serio. Pasado este escollo, breve descanso para superar lo que fue lo más difícil, pasar por unas piedras algo verticales, pero como dije, nada importante. Superado esto, sólo quedaba subir y subir, hasta que por fin, se puede divisar el pico, el eje geodésico y la cruz que lo acompaña, breva bajada para subir otra vez y Voila… Montigüeiro.
Desde aquí se pueden observar unos paisajes realmente alucinantes, con la señora de las montañas, Doña Ubiña al fondo, Laciana a un lado, Omaña y Luna al otro, toda la comarca de Babia, algo espectacular. Fotos de rigor y descendimos un poco para comer un bocadillo, que con el esfuerzo que habíamos hecho y las vistas que teníamos, nos supo muy rico.
El descenso lo hicimos por otro camino, ya que la ruta es circular. Pasamos al lado de vacas y caballos que estaban cerca de los arroyos, ¡No saben nada!
Al llegar al pueblo, nos refrescamos en la fuente, que si no recuerdo mal se construyó en el año 1940 y directos al pueblo de Cabrillanes a tomar una rica cerveza.
Una comarca que recomiendo a todo el mundo, que aunque no se suba a ninguno de sus picos, merece y mucho la pena.
Buena ruta, buena compañía. ¡Nos vemos en la siguiente!
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