Hoy quiero dedicarle una entrada en este blog a Emilio Silva, presidente de la A.R.M.H. En concreto, este artículo de opinión:
El 19 de noviembre de 1933, los colegios electorales abrieron sus puertas para celebrar unos comicios con una novedad trascendental: las mujeres participaban con su voto en unas elecciones generales. Antes que Francia, Bélgica o Italia, la II República española reguló su derecho al voto como dictaba la Constitución de 1931 en su artículo 52: “El Congreso de los Diputados se compone de los representantes elegidos por sufragio universal, igual, directo y secreto”.
El debate parlamentario, liderado por Clara Campoamor, sobre la participación de las mujeres como electoras en igualdad de condiciones con los hombres, hizo difícil el trámite. La oposición al voto femenino utilizó desde distintas posiciones políticas todo tipo de argumentos; desde el puro machismo, el miedo a la manipulación del voto femenino por parte de los sacerdotes católicos o la concepción de una España que todavía no estaba preparada para ese cambio.
Independientemente de aquel debate, de la victoria de la CEDA y de lo injustos que fueron ciertos sectores progresistas con Clara Campoamor; aquel 19 de noviembre se celebraron unas elecciones totalmente democráticas. Pero ¿por qué esa fecha no es conmemorada por las instituciones? (...)
Para leer el resto del artículo: Emilio Silva, la auténtica transición
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