Aquí uno de sus poemas, recogido en el libro Marea humana.
El avaro
Es un ser ominoso
Que cuenta sus billetes igual que si arranca
pétalos de la flor de la avaricia.
Tú también lo conoces.
El dinero
vive en su corazón como el musgo en la roca
y es su llave,
su cruz
y su destino.
Para él una moneda es una escama
del pez de la fortuna
y en sus ojos
se lee codicia
lo mismo que en el hielo se hace visible el frío.
Ya sabes de quien te hablo.
Adonde va
lo siguen las cifras rojas o azules
-tatuajes,
satélites,
arpones-
y una verdad cruel:
nada tiene valor, si todo tiene un precio;
nadie va a engañar si nadie está contigo.
No sospecha que a veces cava también su tumba
el que entierra un tesoro.
No sabe que sus números son como mis palabras:
la piel que va a dejar entre las sombras
la serpiente amarilla del olvido.
Tú sabes de quién te hablo:
tú eres ese infeliz.
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