jueves, 25 de julio de 2013

Noche de druidas, el libro


 NOTA DE AUTORES

 Estimado lector, la obra que tiene en sus manos es una creación nacida con la intención de hacer viajar, de emocionar y cautivar; un trabajo generado con dedicación y entrega para trasladarnos a una época de la que en realidad sabemos muy poco, solamente atisbamos su esencia. En ningún momento pretendemos sentar cátedra y divulgar conocimientos que incluso a los más doctos les son esquivos, dejamos ese honorable empeño a manos más profesionales y mentes más eruditas. A ellos que con sus desvelos y esfuerzos arrojan algo de luz sobre nuestro pasado les dedicamos nuestro más profundo respeto y admiración.

  Nuestras ambiciones son otras, queremos dar un pasaje a la imaginación, tocar los corazones con relatos que nos recuerdan el amor a la naturaleza, el respeto a la tierra y que ensalzan la libertad y el valor necesario para defenderla; atrapar en palabras lo que creemos fue una espiritualidad y visión del mundo dignas del recuerdo, brindar con nuestras historias un sentido homenaje a nuestros desaparecidos ancestros, a sus costumbres, a su amor y coraje.

  Nos vemos en la obligación de ofrecer un glosario con el cual queremos facilitar la compresión de los diferentes relatos, y gracias a ello creemos que se puede alcanzar el sentido y desarrollo de cada una de las piezas que componen este libro. Como buen observador, el lector apreciará en algunos casos cómo diferentes palabras hacen referencia a un mismo término. La explicación se ciñe a dos sencillas razones: el respeto a la creación literaria de cada escritor y la amplia utilización de cada una de ellas.

  Un caso excepcional lo constituyen dos palabras: ástur, y su plural, ástures. Nos hemos decantado por la utilización de ástur y ástures en contraposición a astur y astures basándonos en la prosodia original latina de esta voz, como es bien conocido de los especialistas y como explica pormenorizadamente José Luis Moralejo Álvarez, catedrático de Filología Latina en la Universidad de Alcalá de Henares, en un conocido artículo ("Ni «astur» ni «astures», sino «ástur» y «ástures»", Boletín del Instituto de Estudios Asturianos, 90-91 [1977], pp. 363-372). No obstante, respetamos el uso de astur y astures debido a su gran difusión y el largo tiempo durante el que han sido utilizadas y a que entendemos que un idioma es un ente vivo generado por los propios hablantes.

  Hechas estas oportunas aclaraciones que creíamos necesarias, esperamos que el tiempo dedicado a la lectura sea un placentero viaje por un mundo distinto y que la magia desprendida por estos singulares “druidas” en sus cuentos y leyendas pueda dar sosiego, luz y fuerza.


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