Llegar a casa de tus padres y ver encima del escritorio de tu habitación el DVD del documental Bertsolari (Asier Altuna - 2011) es una muy grata sorpresa.
Como ya dije en alguna ocasión, siento mucha envidia del pueblo vasco, entre otras cosas, por esta. No creo que en muchos lugares del mundo se junten unas 14.000 personas para ver como alguien recita en su lengua materna (ni en ninguna otra letra). La magia del Bertso, saber el final, pero no cuales son ni el principio y ni el camino para llegar a esa meta. Improvisación, magia, circulos, andar en dirección contraria. En difinitiva, la fiesta de la palabra en Euskal Herria.
No pido que en el dominio lingüístico Asturllionés lleguemos tan alto, pero, un poco más sí, por favor, que menos no se puede.
Gracias a Lorena P.I. por este regalazo.
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