Hace un mes aproximadamente acudí a un recital de Batania en el Bukowski (San Vicente Ferrer 25, Madrid). Lo había visto en algún recital más, habíamos coincidido en alguna presentación, etcétera. Pero ese día a cada uno de los asistentes nos regalo su “Todo eres cuento de niños”, y ese regalo me hizo comprender su grandeza (y como dicen él y el señor lobo, no les gustan estas comidas de polla, pero es lo que hay).
Su poesía es directa, “con palabras que llevan detonador”, no es como reza la camiseta que me regaló “Mira que linda”. Por eso me gusta, porque es directa, porque no estudia la rima ni la belleza, porque es lo que vomita, porque es natural, y para mi eso es poesía, con los pares en asonante mis abuelos, mis padres y yo limpiamos la azada y la forca. Por cierto, también compartimos opinión sobre los talleres literarios, esos orientadores de poesía encaminada a premios y a cortar las alas
También escribe para ella, para Iratxe, para la cual tiene un poema que nunca me cansaré de escuchar y empieza con “La que muerde el candado hasta que saltan las puertas de la noche.”
Varias de sus poesías nos llevan a Lauros, el pueblo donde nació, donde vivió la tierra y la ganadería de sus padres.
Tampoco quiero olvidarme de argí, su perro que como podemos leer en su blog, no se ha ido, sigue apareciendo cada noche, haciendo los mismos ruidos.
Y para saber más de él, aquí va el enlace a sus blog, aunque también los tenéis en mi lista de “amigüitos”:
Victor Hugo era un loco que se creía Victor Hugo JEAN COCTEAU
Cada vez que mi verso se pone en los tacos de salida siento una muchedumbre de voces en la cabeza, siento a mis bisabuelos y abuelos muertos y analfabetos mirando por encima de los hombros, siento a mi padre, que aprendió a golpes la lengua castellana, siento a más de cien generaciones campesinas que me examinan, que me observan con la mirada dura de tanta hambre, de tantos siglos mudos que debieron pasar para que alguno de sus hijos tomara la palabra, la palabra desnuda, la palabra increíble, la palabra.
Por eso pido excusas a todos los poetas, pero no quiero escribir como se hace ahora, como si la palabra no sirviera.
No quiero escribir entre líneas sino escribir las líneas solamente.
No quiero perseguir a la belleza sino hallar palabras que se dejen poner detonador. . No quiero sugerir sino morder con rabia, con la rabia insaciada del que sufre lo tarde que llegó su primera vez.
Decir por qué murió la libertad. Por qué nos cancelaron la justicia. Escribir como si el poema fuera aún importante, y portarme yo mismo como un loco que se cree Batania.
La historia
Si coges un libro de historia y lo aprietas con las manos, verás salir por sus costuras regueros de sangre.
Ábrelo.
Leerás que los vencedores siempre apelan a Dios y a la ley y a la verdad y a la patria, pero ganaron porque tenían más soldados, más cañones, más caballos y generales que estudiaban mejor las líneas negras de los mapas.
Princesa sin corona, princesa de hambre y barro, princesa de harapos, princesa de sueños. Pero es su princesa.
Princesa
Tú no, princesa, tú no. Tú eres distinta. No eres como las demás chicas del barrio. Así los hombres te miran como te miran. Así murmura envidioso el vecindario.
Tú no, princesa. Tú no. Tú eres la rosa que fue a nacer entre cardos como revancha a un arrabal despiadado en donde el día se ocupa de echar por tierra toda esperanza.
Tú no has de ver consumida, cómo la vida pasó de largo, maltratada y mal querida, sin ver cumplida ni una promesa, le dice mientras cepilla el pelo de su princesa.
Tú no, princesa, tú no. Tú no has nacido para pasar las fatigas que yo pasé sacándole el dobladillo a un miserable salario que no alcanza a fin de mes.
Tú no, princesa, tú no. Por Dios lo juro: tú no andarás de rodillas fregando pisos, no acabarás hecha un zarrio como tu madre, cansada de quitar mierda y de parir hijos.
Tú saldrás de esta cochambre de muertos de hambre. Ya me imagino la cara de las vecinas cuando aparezcas en limusina a por esta vieja le dice mientras cepilla el pelo de su princesa.
Tú no, princesa, tú no: Vuelve temprano... Y la sigue un paso atrás hasta la calle, planchándole con la palma de la mano una arruga que el vestido le hace en el talle.
Y, como quien ve a la Virgen subir al cielo, la ve alejarse camino a su primer casting para un anuncio en televisión. La nena vale, la nena estudia danza moderna y declamación.
El mes pasado Santiago Macías me hizo una propuesta, ir con la A.R.M.H. (Asociación para la Recuperación de la Memoria Historica) a exhumar una fosa en Candeleda (Ávila), pues bien, esa invitación trajo consigo una de las semanas más cargadas emotivamente de toda mi vida y que seguro, nunca olvidaré. En primer lugar, quiero destacar la calidad humana que hay en esta asociación, y que con gente como ellos, da gusto trabajar. Desde el primer día me acogieron como a un amigo y aunque vengan días grises, ellos saben sobreponerse entre otras cosas, por eso, porque son un grupo de amigos.
El objetivo fue devolverl a los familiares los restos de los suyos, siete personas que les habían sido robadas el 5 de Octubre de 1936. Le puse cara a las víctimas, a los familiares y al motivo por el que fueron ejecutados, no pensar igual que los asesinos.
Este acto, como muchos otros, no fue en acto de guerra, fue en acto de odio y venganza. En esa zona actuó el conocido como 501 (adivinen por qué le llamaban así. Si han pensado que es porque asesino a ese número de personas, habrán acertado). De los 7, por 3 de ellos nadie había preguntado. Pues bien, nadie lo había hecho porque eran padre, madre e hijo. Habían asesinado a una familia completa, juzguen ustedes mismos, para mi, eso es un genocidio.
Uno de los testimonios con los que me quedé, fue los de una mujer que nunca volvió a pasar por el lugar donde asesinaron a sus familiares. La fosa se encontraba en la curva del avión, entre los términos de Candeleda y Poyales del Hoyo. Pues bien, esta mujer para ir de un pueblo a otro, iba por un camino rodeando, porque no podía pasar por el lugar donde estaban tirados sus familiares, y para mi, solo con este testimonio, me bastó para no comprender a la gente que se niega a que actividades como esta se lleven a cabo. A esa gente, le invito a que se acerquen si tienen ocasión a ver una exhumación y a escuchar a los hermanos, a los hijos, a las mujeres, si aún así piensan igual, que piensen que son sus abuelos, igual la historia cambia.
En fin, que queda mucho por hacer, pero que grano a grano, se vacian las cunetas, aunque los culpables, no paguen por ello, y los jueces se opongan, y el exterminio que aquí ocurrio, quede impune. Por eso, como ya he dicho muchas veces, cada vez que escucho que la transición fue modélica, siento una mezcla de risa, pena, rabia y vergüenza.
No leí mucho de él, solo dos libros, Ensayo sobre la ceguera y La caverna, pero solo con eso, me sirvió para hacerlo uno de mis escritores favoritos. Analizaba la sociedad y lo llevaba a la novela con la facilidad que sólo está al alcance de los grandes.
LA MALDICION DE BRANDAL: Cuentan los viechos del l.lugar, qu..hai una fonte que chaman La Canalina que tá en tolos requeixos del mundu, ya que ascuitanon dizir a outros, muitu más viechos qu..el.los, que a esta fonte chegara un gaiteru. Que n..aquel.la dómina los gaiteros nun taban bien amiraos ya qu..esti puxéra-sy a tucar murniu ya solu. Que nun tardara muitu en chegar un músicu d..outru pais, l.lueu outru ya outru más, ya toos de lexanas tierras xebradas; ya pa finar, xuniéra-sy una guaha a la que-l.ly prestaba muitu cantar. Ya que xuntos entamaran un són …
¡Ai!, peru pur rumper el silenciu d..aquel.las viescas, fuenon condenaos pol dios Destín a tucar xuntos vagandu nel tiempu; amás, pur beber d..aquel.la augua que cebaba milenta ríos ya mulinos tendrían que chama-sy BRANDAL.
Desde entós encumendánun-sy a los Teixos ya Cuélebres pa tucar temas tradicionales (Muñeira Sianca, Oleanda, Los Moros…); pa falar de la suledá (Chueve), los maltratos a las mucheres (Adelaida), los suanos de la xente (Un circu nel Rebol.lal, La Canalina), ya d..outras cousas de la vida. Yá nadie s..alcuerda cumu sy chamaban entós, peru agora, nesti tiempu que-l.lys tucóu vivir, cunócin-sy pur: Carlos - gaita, flauta, Whistle, xipla Oscar - percusiones Michel - baxos Tania - voces ya coros Pedru - guitarras.
Tan encantaos, cumu las chalgas, que d..acuandu-l.lys faigáis una visita nesta páxina, mientras el.los siguen culgaos nel tiempu. Táis cunvidaos a esfrutar la sua música universal cumu yía tola música.
El año pasado leí este libro y tenía ganas de dedicarle una entrada. El motivo lo encontré al visitar la exposición sobre ese libro que se encuentra en la capital leonesa hasta el 27 de Junio. Describe el viaje del escritor Ramón Carnicer por la comarca leonesa de la Cabrera que publica en el año 1964. En mi opinión es un libro muy descriptivo, muy duro con la comarca, resultando a veces hasta faltón, pero tengo seguro que no exageró nada y que ese libro es una denuncia pública sobre el estado de una comarca hasta hace no mucho tiempo abandonada y olvidada.
De la cadena del llar pende un puchero envuelto en humo. El fondo del llar se apoya en la pared de la calle, y a un lado y a otro hay escaños.
Contra la pared de la cocina hay tres arcas y una mesera, y en dos de los lados se alzan dos cañizos de metro y medio de altura, una especie de mamparas que ocultan los leitos. El llar no tiene campaña ni chimenea, ni hay en el recinto otro respiradero que un ventanuco. El humo ha de salir entre las rejas y es un elemento más de calefacción. En uno de los ángulos, con la boca junto al llar se abomba el semicírculo del horno. Las vigas del tejado, las piedras de los muros, los escaños, los cañizos, toda la cocina, ahumada años y años es de un negror absoluto.
- ¿Todas las casas del pueblo son así? – Pregunto. - ¡Las hay peores!
Hoy quiero hablaros de dos libros que ha publicado una persona que está haciendo una gran labor por la investigación, recuperación y difusión de la tradición oral leonesa, de nombre Emilio Gancedo (León, 1977), el cual tengo la suerte de contar en el haber de mis amiguetes.
Trabaja como periodista en el Diario de León en la sección de cultura. A parte de los dos libros de los que os quiero hablar, a su curriculum añade entre otros, el libro “La hoja de roble”, “Trece cuentos extraños”, “León, parada jacobea”, ha participado en el documental “Asina falamos”, ha recibido varios premios de periodismo y un largo etcétera.
En estos libros podemos encontrar cosas como estas:
Zona noreste de El Bierzo N´una rebolla qu´hai nel llugar el cucu rubiellu se puso a cantar. Se nun canta´l cucu en marzu o abril o el cucu está muertu o la fin va a venir.
Cucu de rei rabu d´arau. ¿Cuántu tiempu he d´andare con mieu ganáu?
Sobre el reñubero Marcha, truena reñubera pa los montes Pirineos, onde nu hai pan ni paya, nu andes pur estos careos.
Cantar de Laciana, con la “che vaqueira, transcrita con “l.l” o con “ts” Cuatro l.lobos que baxanon pol val.le de L.laciana fonon diciendo a Somiedu l.leite, l.linu, l.lume, l.lana.
Refrán de la zona Órbigo Ensin pan, vinu nel odre, lleche, fabas y un gochín; y el llar ensin caldu nel pote, nun pasa dengún vecín.
Advertencia de Cabrera La ñueite yía pa los llobos.
Esto ha dicho hoy esta "persona": "En Oriente Próximo, no hay compasión con los débiles, ni segunda oportunidad para los que se defienden a si mismos". Ehud Barak. Ministro israelí de defensa.
Esto he leido hoy en el blog de Saramago: Resulta mucho más fácil educar a los pueblos para la guerra que para la paz. Para educar en el espíritu bélico basta con apelar a los más bajos instintos. Educar para la paz implica enseñar a reconocer al otro, a escuchar sus argumentos, a entender sus limitaciones, a negociar con él, a llegar a acuerdos. Esa dificultad explica que los pacifistas nunca cuenten con la fuerza suficiente para ganar… las guerras. “Israel es rentista del Holocausto”, en ¡Palestina existe!, Madrid, Foca, 2002 [Prólogo y edición de Javier Ortiz] [Entrevista de Javier Ortiz]