jueves, 22 de abril de 2010

Yo apoyo la justicia


































RUNRÚN

si había una noche fría
-como las de antes-

la señora siempreluto
los acurrucaba junto a sus tetas
luego, les sentaba a cada uno sobre
sus rodillas
y con esa vocecilla que tienen las antiguas,
las de antes,
-porque así eran las abuelas de antes-
con voz de antes
empezaba a hablarles de aquellos niños
que no tenían padres con los bolsillos repletos de monedas

de aquellos niños
que jugaban con el aro de metal de un barril de tocino

y hablaba
de que a aquellos niños
les sonaban las tripas y que el juego
obedecía a la imaginación

y que los niños crecieron y ya no había suposiciones
ni juegos para olvidarse de comer

y que aun así había que seguir en pie…

…y que ya era hora de dormir
porque no había más que contar.

la abuela tenía miedo a trastornarles el sueño
y cuando tenía la certeza de que estaban dormiditos,
ensimismada,
y con un runrún

y con esa vocecilla que tienen las antiguas,
las de antes,
-porque así eran las abuelas de antes-
con voz de antes. seguía:

uno
al pie de la cuneta
otros
a la orilla de la playa
muchos más
en la soledad de un descampado
y tantos otros
por las tapias traseras de los cementerios

la historia es como sigue...

sólo doblaron las rodillas

en los últimos espasmos de la nuca
al posterior disparo.

uno
al pie de la cuneta
otros
a la orilla de la playa
muchos más
en la soledad de un descampado
y tantos otros
por las tapias traseras de los cementerios.


de Gsús Bonilla, en OVEJAS ESQUILADAS, QUE TEMBLABAN DE FRÍO

1 comentario:

La utopía de Irma dijo...

Yo creo que en este país ya no se sabe donde empieza la justicia y termina la injusticia.

Muy bueno tu post, gracias.

Irma.-